0601 Plug-in
Cherry miró a los ojos a Marcos e inhaló profundo.
—Soy una víctima de las redes.
—Cherry, estás de novia, estás estable, haciendo terapia. La gente ya se va a olvidar. Creo que es importante no sobredimensionar ni tampoco ponerse a ver conspiraciones.
—Qué fácil es hablar cuando no sos yo.
—Lo sé. En cuestión de muy poco tiempo te volviste famosa de una de las peores maneras posibles. Sos muy fuerte.
—¿Muy fuerte? Es cada vez peor. No dejo de pensar que no estoy viviendo mi vida, que es otra cosa ¿Entendés lo que te digo, Marcos? Hay gente haciendo videos diciendo que éramos lesbianas y que yo la maté.
—Vayamos a los problemas. ¿Cómo estás?
—Mal. Me pica todo. Mirá, estoy llena de ronchas. Busqué en internet y es dermatitis atópica o cáncer. Yo creo que son chinches. Me muero si son chinches, estuve leyendo cosas terribles, que hay gente que no se las puede sacar de encima nunca y se termina suicidando. Aunque quemes tu casa te pueden seguir.
—¿Pero encontraste chinches?
—No.
—¿Te aparecen las ronchas a la noche?
—Sí. Y cuando hay rayos empeora mal.
—No parecen ser chinches, pero no deberías estar buscando en internet. Andá al médico a que te vea. Pensemos en los rayos, ¿qué te pasa a vos cuando hay electricidad en el cielo?
—No lo sé muy bien. ¿Querés saber mi problema? Mi problema es que no es mi vida esto.
—¿Y cuál vida hubieras elegido?
—No se trata de elegir. Se trata del destino. Hubo un glitch. Estoy descubriendo qué se supone que tengo que hacer. Tengo que amplificar mi consciencia y estar al tanto de todo. Siento que el mensaje está ahí afuera y tengo que encontrar la señal y decodificarlo. Por eso creo que sigo viniendo.
—¿Qué significa eso?
—Significa que intento no distraerme.
—¿Por qué?
—Ya sabés lo que decía Jung de las personalidades.
—¿Qué cosa?
—Que cuando dos personalidades se encuentran se produce una reacción química, las dos salen transformadas.
—¿Me estás planteando que te mimetizás con Román?
—Román dice que hay ciertos armónicos que se excitan por resonancia simpatética.
—¿Qué quiere decir eso?
—Que nadie es indemne a la transformación. Vos tampoco.
—¿Sos autista también?
—Autista con plug-ins.
—No sos autista.
—El test me dio que soy.
—¿Y podés con todo, Cherry?
—Si pudiera ser consciente de todo en simultáneo, no desatender ningún estímulo, aún me faltaría mucho, porque estaría contemplando cada pieza de información desde un solo enfoque, y yo lo que quiero es poder ver todos los enfoques sobre cada cosa, y las distintas conexiones que hacen al todo.
—¿Para qué?
—Así logro resolver el misterio.
—Cherry, ya está, no le tenés que probar nada a nadie, lo que importa es que vos estés bien ahora y lo que pasó, pasó. Deberías enfocarte en construir hacia adelante.
—¡Yo no la maté, Marcos!
—Ya sé que no la mataste.
—Si pensás que la maté yo, no me ves más.
—No pienso que la hayas matado.
—Lo que me faltaba.
—Magalí, no—
—¡Te lo hubiera dicho! Yo te cuento todo.
—Está todo bien. ¿Podemos volver?
—Ok.
—¿Estás buscando trabajo?
—No sé.
—¿Cómo no sabés?
—No.
—Otra vez vivís con alguien que te hace el aguante. ¿Qué podemos hacer para que estés productiva y te puedas independizar?
—Estoy avanzando de a poco. No estoy mucho para lidiar con gente o el afuera.
—¿Te volvieron a agredir en la calle?
—No.
—¿Tenés miedo?
—No. No pasa por ese lado.
—¿Por dónde pasa?
—Por limpiar mi nombre. No me importa lo que piensen las doñas de peluquería, pero yo nunca fui procesada, no hay pruebas en mi contra, soy una persona inocente y libre y no merezco ser parte de este reality que armaron sin mi consentimiento. Y me voy a ocupar de que se sepa. Voy a descubrir al culpable.
—Lo que estás diciendo es que finalmente vas a ir a la televisión.
—Voy a llevar mi diario íntimo.
—Cherry, no sé si—
—No tengo nada que esconder.
—No, ya sé, pero es para que te protejas.
—¿De qué?
—Nada más pensalo.
—¿Que piense qué?
—Después empiezan los insultos en internet, las fotos, las burlas. Hace muy poco fue que viniste en plena crisis porque saltó el video de cuando te filmaron robando los Danettes.
—Pero esto va más allá de mí ¡No hay ningún sospechoso! ¡Agarraron un perejil de la obra a la vuelta que nada que ver, lo tuvieron que soltar!
—Te desregulaste, Cherry.
—Ya sé.
—Te cortaste.
—Un poco.
—Hablabas de matarte.
—No.
—Sí.
—Hablé de volver a mi planeta.
—Cada vez que te desregulás pasa esto.
—Bueno, pero no jodo a nadie.
—No pasa por eso, tenés que estar bien y no exponerte a más agresión.
—Es lo correcto, Marcos. Tengo que ir.
—¿Pero qué hay en tu diario íntimo? ¿Qué querés mostrar?
—Hay muchas cosas ahí. Mi inocencia. Los plagios de María Fernanda.
—Magalí, tenés que soltar. Con una mano en el corazón, ¿por qué querés ir a hablar?
—Ya te dije. Desde que la mataron, me teletransporto.
—¿A dónde?
—A todos lados. A la noche que la mataron, a lugares que no entiendo y personas que no soy. A un castillo de colores.
Estás evitativa.
—Yo no evito.
—Tenés tus momentos, como cuando te agarra la robota.
—Me convierto en cyborg.
—Eso. ¿Cuándo fue la última vez?
—La noche que la mataron.
—¿Después de verlo?
—Nunca vi cuando la matan. Me dormí justo antes de que le cortaran el cuello.
—¿Cómo que te dormiste?
—Fue culpa de Román que me quemó la cabeza, y en un momento abrí el navegador porque busqué la perfo que me copió… que pensé que me estaba copiando.
—¿Qué perfo?
—La de Laura Palmer que me matan. Me puse a verla. Hasta ahí recuerdo. Después me levanté a la mañana y me metí en twitter y no entendía nada. Román se despertó y me preguntó “qué te pasa”. Estaba hecha un zombie. Desayuné y ahí leí las noticias. No lo podía creer. Me fui corriendo al parque Saavedra y me pasé todo el día tirada en el pasto escuchando Pye Corner Audio. Todavía no me animé a ver el video. El momento que la matan, digo. Está en internet pero no lo vi.
—Es como si estuviera viva todavía.
—Sí.
—Y seguís enojada como si estuviera viva.
—No voy a dejar que la muerte edite la porquería inmunda que fue.
—No digo eso.
—Marcos, no voy a ver el video.
—No te estoy diciendo nada.
—No soy tonta.
—Cherry, ¿estás bien?
Golpes del otro lado de la entrada. Román había salido sin llaves. Cherry abrió con fastidio y se volvió a encerrar en el baño. Intentó volver a la sesión con su psicólogo imaginario, pero no hubo caso. No lo pudo volver a sintonizar. Pasaba los dedos por la pantalla al borde del automatismo, pero su Interlocutor Perfecto tenía la costumbre de no existir. El momento era demasiado familiar, pero no podía evitarlo, como siempre, iba del principio hasta el final y otra vez hasta el principio, contacto por contacto, con el anhelo de haberse olvidado de alguien clave en su vida y entonces volverlo a encontrar, como quien abre la heladera varias veces deseando que aparezca algo diferente. Pero nadie en esa lista era para ella. Entonces escrutó las apps. Tenía que haber una para enterrar la cabeza un rato, pero ya era demasiado tarde. Marcos era la única “persona” ante quien se permitía mostrarse vulnerable, lo había creado como un ente rebalsante de la protección incondicional que siempre había sentido que le faltaba. Sólo a él había dejado cruzar el umbral. Para los otros, “ponerse mal” implicaba otras cosas, no necesariamente puntadas en el corazón, taquicardia y una ominosidad generalizada que le desintegraba el mundo y le azotaba la cabeza contra la culpa de un lado y la vergüenza del otro. Era adicta a la imaginación y estaba pagando el precio. Abrió el agua. Un baño caliente la ayudaría. Al menos a esconderse un rato. Nadie podía verla así. Quizás una Cyborg walk, después. Pero el dedo índice se deslizaba solo por la pantalla. Sabía a dónde quería ir. El video estaba guardado en su casilla de mail. Aún sin estrenar. Se tapó la boca. Estaba lista.
Tres.
Dos.
Uno.
Un mensaje de un desconocido. Se hacía llamar Gilbert Grape, estirando de más un mínimo parecido con un joven Leonardo Di Caprio en ¿A quién le teme Gilbert Grape? (1994). En las fotos ponía la mirada perdida y la lengua afuera. Agregaba gorritas fluo y gafas de cotillón. Ni él ni su grafo social estaban al tanto de que usaba el nombre del personaje equivocado.
hola cherrii soy tu fans te sigo desde fotolog :$El personaje de Leonardo Di Caprio se llama Arnie. Gilbert Grape es Johnny Depp.._.No te parecés tanto a Leonardo Di Caprio.ahre :$
q hacías?Estaba por entrar a la ducha. Hasta luego.:B
No iba a entregarse de una. Se metió en la ducha y se dejó aflojar por el agua caliente, pero todavía le costaba respirar. Sonreía sola. Un rubio lindo. Gracioso. Tonto. Bajó todas las defensas y pensó en el universo de posibilidades que se abrían teniendo a Gilbert en su vida. El pasado era prólogo.
Se terminó de duchar en cuestión de minutos. Se sentó en toalla sobre la tapa del inodoro. Apretó el celular contra ella e hizo inteligencia. No lo podía creer. Era demasiado. El dossier de Gilbert registraba un derrotero de fascinación por las excluidas del bellecismo. A todas luces, parecía ser alguien sensible a la artillería de encantos de las Cherries. Las piezas del rompecabezas indicaban que en los últimos seis años Gilbert había salido con Mariana Kovalsky, Letu Fernández, y una tal Pinipona que resultó ser su compañera de stand up y novia actual. Cherry las conocía a todas de la escena autogestiva. Todo indicaba que Gilbert le estaba tirando onda. Era ambiguo, pero tenía que ser cierto. ¿Por qué presentarse así, si no? ¿Por qué ser encantador? Nadie es encantador sin querer. Había algo ahí. La Pinipona tenía que desaparecer. O podía hacerse amiga de ambos y gastarles el vínculo. Pero algo la inquietaba: jamás había visto a Gilbert antes, a pesar de conocer a sus ex novias. ¿Cómo podía ser? ¿Era un bot? ¿Una alucinación colectiva? ¿Un implante de los servicios? ¿Por qué no se tenían de antes? En medio de la incertidumbre, el CV amoroso de su incipiente sicofante la desestabilizó. No podía dejar de compararse. Manipulaba los valores de su hoja de personaje para ganarles a todas las anteriores. Podía vislumbrar con absoluta claridad que en muy poco tiempo una obsesión malsana golpearía a la puerta: nunca había besado un rubio.