0705 YPF

Cherry dejó el ascensor abierto y entró al departamento, rescató el celular, la mochila y algo de plata y ropa. Los escuchó bajar por la escalera y escapó del edificio. Corrió con todas sus fuerzas en la oscuridad. El corte de luz era extendido. No veía por dónde iba, pero siguió corriendo. Tenía que escapar más allá de Román y su manipulación. Más allá de Gilbert y sus juegos de seducción. Más allá de María Fernanda desangrándose en cámara. Más allá de sus papás llorando la hija que nunca pudo darles. Más allá de su excel histórico de humillaciones. Más allá de Marisa recordándole todos y cada uno de sus fracasos. Más allá de todo lo que había tocado y arruinado. Más allá de las personalidades imperdonables que había intentado con tal de confundir a los demás y que creyeran que la querían.

Cuando se dio cuenta, había llegado al parque Saavedra. Se arrastró por el pasto y se sentó en la loma. No tenía casa ni nadie que le diera asilo. Revisó varias veces los contactos del celular, por las dudas de haberse olvidado de alguien, pero nadie en esa lista podía llenar los zapatos de su protector inexistente. Estaba Ana en Brandsen, pero no era una opción a esa hora, ni tampoco una posible solución: tenía su vida con su marido e hijos. Encima se estaba quedando sin batería. Caminó hasta la YPF de Cabildo y Manuela Pedraza y compró un alfajor y una Aquarius de manzana. Se apoltronó en un sillón y desplegó sus objetos por la mesa. Enchufó el celular y reclamó la contraseña de wi fi. Estaba a salvo por esa noche. Nadie podía sacarla de ahí. El empleado puso el canal de Reaggeton y subió el volumen; Cherry se calzó los auriculares y se puso a investigar bandcamps. La noche en la que había burlado a la muerte era su primera noche sin casa. Cerró los ojos para buscar adentro cómo se sentía, pero no encontró nada. Quizás tenía que llorar, pero no estaba ocurriendo. Hizo fuerza. Nada. Buscó el video de la sorda con implante coclear que escucha por primera vez, pero se descubrió inmune. No había emociones que colorearan esa noche. No estaba ahí. Se puso a buscar a las otras Cherries de las que había escuchado en la fiesta. Era cierto. Encontró dos, más jóvenes. Una de pelo azul y una Cherry trans. Ambas con importante presencia en las redes. Lo que le faltaba. Había un ataque de nervios que no estaba ocurriendo. ¿Dónde buscarlo? Dejó el teléfono a un lado y se desmoronó sobre la mesa entre el reguetón y las luces LED. Entre las microsiestas revisaba el celular. Había algo insoportablemente narcótico en la situación, pero no podía quebrar el bucle. Lo único que podía hacer era entregarse y esperar a que se hiciera de día. Deambuló confundida por los intersticios de la consciencia hasta que la despabiló la notificación de una solicitud de amistad.

Cherry.
¿Sí?
Soy Javier, de la fiesta.
¿A vos fue que te fajó Román?
Sí.
Me dijiste asesina.
Sí, lo sé, y me siento para el orto. Disculpame. No era con vos. ¿Podemos hablar?
¿De qué?
De lo que acaba de pasar.
Fui alcanzada por un rayo.
¿Eh?
No tengo ganas de hablar.
Disculpame por lo de Román, en serio. Vos no tenías nada que ver.
No quiero saber nada con Román. No me hables más de él. Me acabo de ir de ahí para siempre.
¿Cómo?
Es una mentira. No es asperger. Me agarró de mascota.
¡Ah, vos tampoco le creés!
No. Es un forro sin personalidad.
Un asesino.
Dice que lo del pibe que mató fue sin querer en una pelea.
¿Y eso vos se lo creés? Estuvo en un instituto de menores.
Supongo, no sé. Tengo otros problemas, Javier.
Por eso te estoy hablando. ¿Viste que mataron a otra?
¿¡Qué!?
¿¡No viste!? Mataron a otra piba en internet, y lo postearon en instagram.
¿¡Dónde!?
instagram.com/Felitzah
Nah. Es muy de mentira esto.
Es posta, googleá. Felicitas Godoy.

La puta madre.
¿Un asesino serial? ¿En este país? ¿Qué pensás?
No sé qué pensar, Javier. La verdad. Estoy quemada, con sueño y en una YPF con reguetón al palo.
¿Qué hacés ahí?
Soy una sintecho.
¿No tenés amigos?
No te trabajo amigos.
¿Lo de tus viejos?
Muerta antes.
Pero no podés quedarte en una YPF. Volvé a lo de Román al menos por hoy.
Ni loca.
En serio.
No.
Ok.
Voy a intentar dormir. Adiós.
Adiós.
Venite.
Charcas 2064 5B.
¿Me estás tomando el pelo?
Para nada. Venite.
¿Posta?
Y sí, no vas a dormir en la calle. Acá tenés un sillón. ¿Por dónde andás?
Cerca de lo de Román.
¿Tenés para un taxi hasta acá?
No. Pero pasan todos los colectivos. Estoy en Cabildo.
Es tarde. Tomate un taxi y te lo pago yo
.
Ok.
Gracias.